¡Anhelo aquel dulce letargo
Que se suscita en el tiempo,
En el que coinciden las miradas
Aunque solo sea un instante!
¡Muchacha! ojos a media luz
Cuando duermes y vives
Cuando te despiertas
Y aún... ¡cuando me sonríes!
¡Queda la negra pupila
Impregnada en mi haber!
¡Cual parpadeo de cielo
Me permitió ver el Edén!
Verte llegar... ¡es un amanecer!
¡Cual alba en tus luceros
Me anuncian que me percibes!
¡Honor que le debo al cielo!
Envuelta en un profundo mirar
En los destellos del fulgor,
Ignición de mi alma y corazón
Fuentes de un lagrimar del amor.
¡Muchacha que a medio mirar
Me miras y esquivas al voltear
Segundos te han de bastar
Para volverme a enamorar!
Ciertamente juzgan los humanos
Al decir que la seriedad atrae
Pero si sonríes… ¡déjame decirte!
¡No lograré controlar este amor!
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